En la Solemnidad de los Apóstoles San Pedro y San Pablo en el Vaticano, el Arzobispo de La Serena, Monseñor René Rebolledo Salinas, recibió de manos del Papa Francisco el Palio Arzobispal, junto a otros 23 arzobispos metropolitanos de diferentes lugares del mundo.

Cada año, los arzobispos nombrados recientemente en las sedes metropolitanas reciben del Papa el palio, que corresponde a un particular ornamento litúrgico, signo de comunión con el Obispo de Roma.

El arzobispo de La Serena manifestó su alegría de poder tener este encuentro tan significativo con el Papa Francisco, como también con otros Pastores de todo el mundo.

En su homilía, el Papa Francisco se refirió al miedo y de los refugiados pastorales, recordando el testimonio de Pedro, quien se dio cuenta de que “el Señor le había liberado del temor y de las cadenas”.

La vida del apóstol Pedro “nos recuerda que nuestro verdadero refugio es la confianza en Dios: ella disipa todo temor y nos hace libres de toda esclavitud y de toda tentación mundana”, dijo el Papa, relacionando este mensaje con el significado que tiene la imposición del Palio. “El Señor repite hoy, a mí, a ustedes y a todos los Pastores: «Sígueme»”. “No pierdas tiempo en preguntas o chismes inútiles; no te entretengas en lo secundario, sino mira a lo esencial y sígueme”, fue el llamado del Obispo de Roma.

El palio es un ornamento del Papa y de los arzobispos metropolitanos, que tiene la forma de una faja circular, pero que se lleva sobre los hombros y de la cual penden ante el pecho y en la espalda dos tiras rectangulares, todo de lana blanca, de la que se destacan las cruces de bordadas en seda negra.

El Palio suele adornarse con tres clavos metálicos, que recuerdan los clavos de la Pasión y se confecciona con la lana de los corderos que el Papa bendice en la fiesta de Santa Inés, el 21 de enero, en una capilla del Palacio Apostólico. Posteriormente, los palios son confeccionados por las religiosas benedictinas de Santa Cecilia con la lana recién esquilada y se los coloca en un cofre sobre la tumba de San Pedro en la Basílica.