La necesidad del acompañamiento permanente en los procesos de formación inicial de los estudiantes, se hace cada vez más importante para lograr desarrollar habilidades que perduren en el tiempo y entreguen las herramientas para que el educando sea artífice de su propio aprendizaje.
Un ejemplo hecho realidad en el día a día, de lo antes señalado, lo constituye el trabajo incansable que realizan todos los integrantes del cuerpo docente de pre-escolar y primer ciclo de enseñanza básica al momento compartir sus conocimientos en las diferentes especialidades que imparten.
Resulta importante entonces dar a conocer las experiencias pedagógicas de las docentes Lorena Astorga Pizarro y Marcela Del Carmen Mella, pues en ellas encontramos, un testimonio efectivo acerca de cómo acercar a quienes educan, por medio de un dialogo afectivo, a las diferentes áreas de aprendizaje escolar que ellas imparten lo cual se concreta con estrategias de trabajo colaborativo y mancomunado dentro y fuera de la sala de clases. En relación a lo anterior, cabe destacar una importante iniciativa consistente en vincular a las madres de los estudiantes en los procesos formativos a través de la articulación de tareas compartidas entre el colegio y el hogar. En este sentido las docentes explican las metas y desafíos que deben superar sus estudiantes y cuáles son los pasos que se deben seguir en el hogar para poder alcanzarlos de forma adecuada.
Para ello, en el caso del desarrollo de la habilidad de comprensión lectora, junto a un metódico trabajo de aula que involucra la adecuación del ambiente pedagógico, la adquisición de valores y el entendimiento de normas de trabajo se establece un complemento en el hogar en el que los padres y madres se encargan de monitorear los avances en el dominio lector y posteriormente comparten experiencias con otras familias y las profesoras lo cual genera un dialogo enriquecedor centrado exclusivamente en los logros de sus hijos. Situación similar ocurre en el campo de las Matemáticas.
Atendiendo a la necesidad de reflexionar acerca de la calidad de los procesos educativos, se hace necesario reconocer ejemplos de liderazgo pedagógico orientado al desarrollo del intelecto de una forma comprometida afianzada en una fraternidad y espiritualidad que incluye a los tres pilares de un modelo educativo como lo son ; familia , estudiantes y profesores.