El acto contó con la presencia del Consejo Directivo, Centro de Alumnos, profesores y alumnos de octavo a cuarto año medio, dando comienzo a la ceremonia con la mención de uno de los principales propósitos de la educación T.P en Chile, este consiste en formar alumnos y alumnas capaces de insertarse en el exigente mundo laboral actual, teniendo siempre presente un fuerte componente valórico como el mismo padre Champagnat soñó para el instituto. Es por esto que en camino al bicentenario marista, este año La Valla, CNSA quiso renovar su compromiso de entregar nuestros dones al servicio de una educación técnico profesional de calidad, que centre su mirada y esfuerzo en construir un mundo mejor

Durante la ceremonia, nuestro Rector Sr. Nelson Jofré se dirigió a todos mediante emotivas palabras enfocadas a los logros obtenidos por los alumnos y en cómo CNSA se ha ido situando poco a poco como un colegio de excelencia durante diez años. Además, enfatizó en el hecho de que la formación técnica no consiste solo en “saber hacer”, ya que hoy en día las cuando las empresas buscan a nuestros estudiantes, lo hacen pensando en un “saber ser”, es decir, alumnos que sean honestos, respetuosos, responsables, solidarios y esforzados, características que nuestros alumnos han sabido desarrollar y poner en práctica cuando se enfrentan al mundo laboral.

Muy significativo fue el momento en que se honró la memoria de los alumnos Silvia Tabilo de Servicios Hoteleros y de Abraham González de Construcciones Metálicas, a quienes se recuerda permanentemente como un gran signo de vida y superación personal entre nosotros, y en mérito de ellos se distinguió a aquellos estudiantes que han sabido conjugar superación, esfuerzo, servicio y estilo marista en sus especialidades. Se entregó el Premio Abraham González a los alumnos Yohana Briceño, Scarlett Torrejón, Yerson Alcayaga, Bárbara Aguirre, Manuel Guerrero y Ángelo Díaz. El Premio Silvia Tabilo Ogalde a los alumnos Alexander Millar, Génesis Campusano, Jorge Aguilera, Karen Montiel, Melisa Figueroa y March Gallegillos.

Para finalizar, se reconoció la importancia de formar personas capaces de relacionar conocimientos, actitudes y valores en función de un sueño, pensando siempre en transformar lo imposible en algo concreto y efectivo.